Las vías de Pajares cumplen 130 años

Como si uno bajara un escalón de 729 metros de desnivel entre Busdongo y Puente de los Fierros. Hace mañana 130 años, el ferrocarril español culminó una de sus obras más ambiciosas: el paso del tren por el puerto de Pajares, entre León y el Principado de Asturias.

Fue el 15 de agosto de 1884. Ese día, 21 años después de que el tren llegara a León capital, también en agosto, Busdongo acogió la inauguración oficial, que contó con la presencia de Alfonso XII y un largo séquito. No era para menos. El ferrocarril español rompió esa histórica mañana su muralla más vertical.

Paradojas del destino, igual que ahora con el Ave, el tren era una reivindicación unánime para leoneses y asturianos. Las vías ya llegaban desde León hasta Busdongo y desde Oviedo a Puente de los Fierros, pero morían en el puerto de Pajares, como ahora pasa con la Variante, que sigue sin ser una realidad. Pero ésa es otra historia.

Los números de aquel sueño siguen despertando curiosidad 130 años después. Apenas 10,9 kilómetros en línea recta entre ambas localidades para los que hubo que construir 66 túneles y 156 pontones y puentes, que son los que sortean la ladera de la Cordillera Cantábrica para bajar esos 729 metros de desnivel, en un recorrido total de 44 kilómetros. Un desafío de la ingeniería que todavía sorprende, porque salvo algún viaducto de hierro que se reemplazó los túneles y la infraestructura siguen siendo las mismas.

Y otra curiosidad con respecto a la Variante. Las obras del trazado ya centenario duraron cuatro años. El nuevo paso del siglo XXI lleva de obras una década, y aún no hay fecha para su inauguración. Otra historia, o quizá, la misma.

Después de varios avatares, propios de la época, la obra del primer ferrocarril por el puerto de Pajares fue adjudicada a un consorcio francés, aunque tuviera un nombre tan español como Compañía de Ferrocarriles de Asturias, Galicia y León, por un importe total de 190 millones de reales, 47,5 millones de pesetas, menos de 300.000 euros. Hubo un intento de alterar el trayecto, para ahorrar costes, lo que dio lugar a una movilización muy conocida en Asturias. La protesta quedó inmortalizada en una de las plazas más conocidas de Oviedo, la plaza de la Escandalera -el nombre lo dice todo-, situada en el centro de la ciudad y testigo el 21 de marzo de 1881 de una de las manifestaciones más numerosas de la historia de la capital del Principado.

El trayecto del puerto de Pajares, que también se conoce como la rampa de Pajares, comienza en el kilómetro 53 de la línea León-Gijón, en la estación de Busdongo, a 1.236 metros de altitud, aunque hay dudas sobre dónde termina. En Puente de los Fierros, en Campomanes o en La Cobertoria, cerca de Pola de Lena. Lo cierto es que desde Busdongo se sube aún algo más, hasta los 1.283 metros en la embocadura de La Perruca, el túnel más largo del recorrido, con 3 kilómetros de longitud, desde donde se empieza a bajar con curvas de 300 metros de radio hasta Puente de los Fierros, con una pendiente máxima del 2%, que era la que permitía en 1884 la normativa ferroviaria española.

«Las colosales montañas de Pajares, muralla gigantesca y abrupta, de altísimos peñascos y hondos precipicios, ha sido allanada por la rugiente locomotora, símbolo del moderno progreso, en la mañana del 15 del mes de la fecha», señaló la crónica in situ de la revista La Ilustración Española y Americana. ‘Pelayo’ y ‘Jovellanos’ fueron los nombres de las locomotoras que hicieron el primer recorrido, con Alfonso XII de testigo, y Pelayo la que rompió la cinta inaugural.